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08 de marzo de 2018

Identificados varios factores asociados a las dolencias de cuello y espalda en los usuarios de sillas de ruedas


El estudio ha sido financiado por la Fundación Kovacs y la Fundación ASISA y ha contado con la participación de investigadores pertenecientes a relevantes hospitales españoles, incluyendo los principales especializados en la asistencia a personas con paraplejia.

Identificados varios factores asociados a las dolencias de cuello y espalda en los usuarios de sillas de ruedas

Las personas con paraplejia señalan que una de sus necesidades prioritarias no cubiertas es la resolución del dolor de cuello y espalda ya que ese dolor reduce significativamente la calidad de vida y, en su caso concreto, les obliga a vivir encamados y les impide llevar una vida social y laboralmente activa

La Fundación Kovacs impulsó una línea de estudio, que la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) inició en 2006 y que, desde 2016 ha financiado la Fundación ASISA.

Los resultados de este estudio muestran que el 76% de las personas que utilizan sillas de ruedas de forma permanente sufre dolor en algún nivel de la columna vertebral; el 56% en el cuello; el 54% en la columna dorsal y el 45% en la lumbar.

Además, reflejan que padecer dolor a cualquier nivel de la columna se asocia a una peor calidad de vida, e identifican varios factores que se asocian a un mayor riesgo de padecerlo, lo que constituye el primer paso para desarrollar medidas efectivas para prevenirlo.

El estudio demuestra que padecer dolor a un nivel de la columna (cervical, dorsal o lumbar) se asocia a un mayor riesgo de padecerlo en los demás. Además, se asocian a un mayor riesgo de padecer dolor: 

  • En algún nivel de la columna vertebral: ser mujer, vivir solo, y usar una silla de ruedas manual (no eléctrica). La asociación entre dolor y depresión no alcanzó la significación estadística (p≤0,050), aunque la rozó (p=0,053).
  • En el cuello: haber padecido una lesión medular cervical, y usar un cojín más fino en la silla de ruedas.
  • En la columna dorsal: haber padecido una lesión medular dorsal y tener un mayor índice sagital (que corresponde a un mayor grado de curvatura tras la fractura de las vértebras dorsales que ha provocado la lesión medular).
  • En la columna lumbar: haber padecido una lesión medular dorsal o lumbar, y mantener cierto grado de sensibilidad tras la lesión.

De estos factores asociados con el dolor, tres son modificables y podrían resultar útiles para prevenir o mejorar esas dolencias: el grosor del cojín de la silla de ruedas, el restablecimiento de un índice sagital tan próximo a la normalidad como sea posible cuando se operen las fracturas vertebrales que hayan causado la lesión medular dorsal; y el uso de una silla eléctrica en vez de una manual. Los resultados de este estudio abren el camino para que futuros estudios comprueben la efectividad de esas medidas.

El Dr. Francisco M. Kovacs, Director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) y primer autor del artículo, señala que "como muchos médicos, durante años he creído que, una vez que una persona había quedado parapléjica, los investigadores en el campo del cuello y la espalda ya no podíamos serle útil. Fueron los propios afectados quienes nos sacaron de nuestro error. A todos los investigadores que hemos participado en este estudio nos ilusiona que esta línea de investigación les termine permitiendo reducir el impacto que estas dolencias les causan".

 

Estudio pionero

Éste es uno de los estudios más amplios realizados en el mundo en el campo de las dolencias de la espalda específicamente entre usuarios permanentes de sillas de ruedas, y el primero desarrollado en el mundo hispanoparlante. 

Participaron 750personas en el estudio, que de media tenían una edad de 43 años y llevaban 10 utilizando una silla de ruedas de forma permanente. El 27% la usaba por razones diferentes a una lesión medular traumática (como esclerosis múltiple u otras enfermedades neurológicas degenerativas). El 66% requería de ayuda para su actividad diaria, sólo el 19% trabajaba y el 39,6% sufría depresión clínica.

El estudio ha sido realizado por investigadores del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro, el Hospital Ramón y Cajal, el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, y la Queen Mary University de Londres, coordinados por investigadores de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda del Hospital Universitario HLA-Moncloa.

 

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