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La Real Academia Nacional de Medicina (RANM), con la colaboración de ASISA, acogió ayer la Sesión Científica Extraordinaria ‘Historia del parto’. En ella participaron el profesor y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, Juan Luis Arsuaga; y los profesores José Antonio Clavero Núñez y Manuel Escudero Fernández, ambos catedráticos de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Complutense y académicos de número de la RANM.
Durante la sesión, Juan Luis Arsuaga explicó que el parto es un hecho fisiológico que, sin embargo, refleja como pocos la evolución de la especie humana y a la vez los avances médicos. El profesor y premio Príncipe de Asturias afirma que “la historia del parto en nuestra evolución es asombrosa y fantástica”. “No encuentro muchos temas que sean tan apasionantes”, asegura uno de los investigadores de mayor prestigio internacional en el campo de la Paleontología.
El profesor Arsuaga, catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, se remontó a los primeros homínidos para explicar cómo a través de los cambios del esqueleto y del canal del parto es posible conocer la evolución humana. “Todo esto afecta a la locomoción y al tamaño de la cabeza del recién nacido y, en consecuencia, a su grado de desarrollo y de invalidez al nacer, así como al tamaño del cerebro en la edad adulta y, por tanto, a su inteligencia y al comportamiento social”, dijo.
Por su parte, el profesor Clavero Núñez trazó un recorrido por el desarrollo de la Obstetricia, partiendo de la aclaración de que “hay que desterrar el mito de que la Obstetricia es la rama más antigua de la Medicina. Las mujeres primitivas daban a luz solas”. El Dr. Clavero recordó que desde tiempos remotos la matrona era quien atendía el parto hasta que, en el siglo XVIII, y relacionado con el desarrollo del instrumental quirúrgico, "los hombres comienzan con la asistencia obstétrica. El médico intervenía sólo cuando había problemas y era preciso utilizar fórceps, extraer la cabeza del feto o practicar una cesárea”.
El Dr. Clavero defiende “el descubrimiento de la penicilina” como el gran hito que cambió la suerte de las parturientas. “Para mí, el padre de la actual obstetricia es Alexander Fleming porque gracias a los antibióticos se consiguió que la cesárea se realizase como un procedimiento habitual de la práctica obstétrica”, destacó.
El otro salto cualitativo en la atención obstétrica tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX, al establecer como norma el lavado de manos en la atención de los partos, un hecho que produjo una reducción drástica del número de muertes puerperales causadas por infecciones. A este avance siguió la aparición de hilos y agujas de sutura, que permitieron “cerrar el útero después de una cesárea, que hasta antes se dejaba abierto y que era casi una condena a muerte”, apuntó el académico. Por último, el descubrimiento de Fleming hizo que la cesárea dejase de ser una intervención casi mortal.
Para Juan Luis Arsuaga, “las cesáreas son una novedad absoluta. Hasta que se pudieron hacer de manera segura, los partos eran vaginales, pero actualmente hasta más de la cuarta parte de los partos son por cesárea. Esta es una novedad absoluta en la evolución humana”. El Dr. José Antonio Clavero coincidió en la trascendencia de poder realizar estas intervenciones de manera segura, lo que ha permitido el desarrollo de la medicina perinatal.
Junto a la seguridad de la madre y el hijo durante el parto, intentar aliviar el dolor del parto ha sido otra constante a lo largo de los siglos. Esta evolución la abordó en su exposición el Dr. Manuel Escudero Fernández, vicepresidente de la RANM, que explicó que la analgesia en el parto “empezó con métodos de brujas, pero a partir del Renacimiento se comenzó a utilizar de forma seria. Durante siglos, la anestesia del parto fue inhalada, pero la gran revolución ha sido la anestesia epidural”.
La aplicación de estas innovaciones y cómo ha ido cambiando la forma de nacer a lo largo de miles de años es fundamental para entender y valorar el momento actual, cuando en los países desarrollados la mortalidad perinatal apenas llega al seis por cien mil de los nacimientos. Pero también es un modelo para entender la evolución humana. “La historia del parto es una de las más sorprendentes de la biología, y si la historia no se ha interesado más por este pequeño milagro que es cada nacimiento es porque los científicos no lo hemos sabido contar”, sostiene Juan Luis Arsuaga.
Esta evolución se puede ver en la exposición temporal ‘Historia del Parto’ que acoge la RANM y en la que se muestran reproducciones anatómicas, libros, instrumental médico quirúrgico y material antropológico procedentes del Museo de Medicina Infanta Margarita, del Museo Javier Puerta y de la colección del Hospital Universitario Santa Cristina. Las piezas expuestas arrancan en el siglo XVI (libros manuscritos) para llegar a nuestros días. Son llamativas las reproducciones anatómicas realizadas en cera (silgo XVIII), o las sillas (una de ebanistería) y mesas de partos.
La muestra también incluye cuadros sobre escenas de partos en poblaciones primitivas y estatuillas indígenas dedicadas al parto.