Existen en el mercado multitud de dietas que prometen pérdidas de peso muy llamativas en muy poco tiempo. Lo que se pierde al inicio de estas dietas es agua y proteínas, por lo que el peso se recupera rápidamente en cuanto se abandona la dieta o se cometen excesos. Este tipo de dietas no son saludables para el organismo.
No es recomendable hacer una reducción drástica de calorías. Si una persona necesita, por ejemplo, 1.800 kcal y solamente ingiere 1.200, al principio perderá peso rápidamente, pero después se estabilizará, ya que su organismo reducirá el gasto energético basal. Es decir, cuanto menos alimento ingiere una persona, más rebaja sus requerimientos energéticos, en un intento de adaptarse a la nueva situación.
Es por ello que las dietas se deben hacer de una forma controlada, siendo muy importante complementarla con ejercicio físico continuado. En cualquier caso, nuestra recomendación es visitar al especialista en Endocrinología y Nutrición, para hacer un seguimiento del proceso.
Algunas pautas generales que puede seguir son:
Evitar los alimentos hipercalóricos, como bollería, pasteles, helados, algunos embutidos, etc.
Disminuir el consumo de bebidas azucaradas.