¿Cómo puedo evitar el contagio?
El virus Zika se identificó por primera vez en humanos en el año 1952 como una infección transmitida por la picadura de un mosquito del género Aedes. Desde entonces, se han notificado brotes de epidemia en 2013 y, últimamente, en África, América, Asia y el Pacífico.
La enfermedad suele ser relativamente leve y cursa con una erupción cutánea, fiebre leve, cefalea, conjuntivitis y dolores musculares. Aparece pocos días después de la picadura del mosquito infectado y es autolimitada, con una duración entre 2 y 7 días.
Esta infección ha cobrado protagonismo recientemente por un incremento de los afectados en los países de America Latina y la posible asociación entre el virus Zika en las embarazadas y la microcefalia -una complicación neurológica- en recién nacidos de esos países.
Se aconseja a las mujeres embarazadas o que tengan previsto quedarse embarazadas, que eviten viajar a esos países.
No existe vacuna contra esta enfermedad y se recomiendan medidas profilácticas para evitar las picaduras de mosquitos, como por ejemplo, usar pantalones largos y mangas largas -preferiblemente de colores claros- y no frecuentar lugares donde el agua esté estancada, ya sea de forma temporal o permanente, pues esas son sus zonas de cría.
La enfermedad por el virus Zika suele ser bastante leve y no necesita tratamiento específico. Los pacientes deben estar en reposo, beber líquidos suficientes y tomar analgésicos para el dolor. Puede ser útil el paracetamol cuando los síntomas son molestos y se debe evitar la aspirina y cualquier otro AINE como el ibuprofeno, naproxeno o similar, no tanto por la enfermedad en sí, sino por si pudiera tratarse del virus dengue o chikunguya, que también son transmitidos por mosquitos, con sintomatología más florida que el Zika y en los que está contraindicado el uso de esos fármacos.
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS).