Obesidad y sobrepeso

La obesidad es una enfermedad endocrino-metabólica crónica, que predispone a otras enfermedades, como la diabetes, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia, que reduce la calidad y esperanza de vida e incrementa el riesgo vascular.

El método más utilizado para definir y clasificar la obesidad de los adultos es el índice de masa corporal (IMC).

¿Cómo puedo conocer mi peso ideal?

La fórmula para calcular el IMC de un adulto es el peso en kilogramos dividido por la estatura en metros al cuadrado. Por ejemplo: si peso 68 kg y mido 165 cm (1.65 m), el cálculo sería éste= 68 / (1.65)² = 24.98

Aunque el IMC es un pobre predictor de salud, lo cierto es que el riesgo de tener una enfermedad relacionada con la obesidad es mayor conforme aumenta este valor.

La Organización Mundial de la Salud estima como peso saludable aquel que se corresponde con un IMC entre 18,5 y 24,9. Por debajo de 18,5 se considera bajo peso; de 25 a 29,9 es sobrepeso y a partir de 30 hablamos de obesidad franca.

¿Qué otros aspectos debo tener en cuenta?

Además del exceso de grasa corporal, la manera en que ésta se distribuye en el cuerpo constituye un predictor independiente de riesgo y morbilidad. La grasa abdominal se relaciona con más riesgo y su medida más práctica y fiable es el perímetro abdominal (PA), cuyos límites normales son hasta 102 cm en el hombre y hasta 88 cm en la mujer.

Es posible que personas muy musculosas tengan un IMC elevado sin tener sobrepeso.

¿Cómo calculo mi propio riesgo a desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad?

No podemos calificar el riesgo en valores absolutos, pero sí en rangos de alto o muy alto, atendiendo a la siguiente clasificación en la que consideramos el IMC y el PA en hombres o mujeres:

¿Qué puedo hacer para bajar el valor del IMC?

Puedes acordar un plan dietético con tu médico e incrementar el ejercicio aeróbico, como por ejemplo, caminar todos los días a buen ritmo durante una hora.