Es muy importante que toda mujer en edad fértil esté adecuadamente inmunizada antes del embarazo, para evitar que durante el mismo, tanto ella como el feto, sufran una enfermedad que podía haberse evitado de haber completado el calendario vacunal.
Además, la vacunación en la mujer embarazada tiene un papel importante y puede ejercer un efecto beneficioso en la madre, en el feto y en el recién nacido, según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.Las vacunas especialmente indicadas en el embarazo son:
VACUNA ANTIGRIPAL:
La gripe no es una enfermedad banal: se trata de una enfermedad infectocontagiosa que cursa con fiebres altas y, a veces, con complicaciones que son más evidentes en la mujer embarazada. En el feto, puede dar lugar a malformaciones, si la enfermedad ataca a la madre en el primer trimestre; y bajo peso al nacer, sufrimiento fetal e incluso abortos, si ocurre en el tercer trimestre.
Por tanto, se debe administrar la vacuna antigripal a cualquier mujer que esté embarazada en los meses de epidemia de gripe, que suele ser entre noviembre y finales de marzo. A veces, estas epidemias se pueden adelantar y hay que prestar atención a esto. Se puede poner en cualquier momento del embarazo.
VACUNA DE LA TOSFERINA:
La tosferina es una enfermedad infecciosa, que comienza como un resfriado y posteriormente aparece una tos muy característica. Aunque no es una enfermedad grave, sí lo es para el recién nacido, ya que puede dejar de respirar por tener las vías aéreas muy estrechas. El contagio se produce por las gotitas de saliva que se lanzan al toser, estornudar o incluso, al hablar.
La vacuna de la tosferina está incluida en el calendario vacunal obligatorio, por lo que es muy probable que la mujer embarazada haya recibido la vacuna a su debido tiempo. Sin embargo, la protección para esta enfermedad se va perdiendo con el paso de los años.
En cuanto al recién nacido, no se le puede vacunar antes de los dos meses de edad y la inmunidad no será total hasta recibir la tercera dosis, que será a los seis meses. Por ello, desde el momento del nacimiento y hasta los 6 meses de edad, el bebé estará expuesto al contagio de una enfermedad importante que hay que prevenir. Por este motivo, no debe permitir que una persona que tosa o está resfriada se acerque al niño.
Aunque la madre se hubiese vacunado en el momento que le correspondiera, no está garantizado que le proteja a ella, y mucho menos, que los anticuerpos sean transferidos al feto, por lo que el niño nacerá sin defensas ante esta enfermedad. Por ello, se aconseja administrar la vacuna a las embarazadas en la semana 27 a 36 de la gestación, para que haya un máximo de anticuerpos circulantes y atraviesen la placenta, produciendo en el bebé una cierta protección, que nunca será total. Esta vacuna no es perjudicial ni para la madre ni para el feto.
Parece ser que los anticuerpos también pasan a la leche materna. Una razón más para optar por la lactancia materna. También es importante que el padre, hermanos, abuelos y en definitiva, los que van a estar en contacto con el bebé en sus seis primeros meses de vida, reciban una dosis de la vacuna, para no enfermar ellos y evitar así contagiar al recién nacido.
VACUNA FRENTE A TÉTANOS Y DIFTERIA:
Durante el parto, existe riesgo de infección por tétanos, tanto para la madre como para el recién nacido, por lo que la madre debe estar correctamente inmunizada antes del mismo.
Si se desconoce el estado de inmunización de la mujer embarazada, se debe administrar una serie de dosis específicas que contengan toxoides de tétanos y difteria, distribuidas en determinadas pautas, en función del mes de gestación.
Si durante el embarazo se produce una herida susceptible de recibir una dosis de vacuna antitetánica, se administrará la vacuna, así como la gammaglobulina antitetánica, si estuviera indicada.