El sedentarismo como estilo de vida
El sedentarismo es consecuencia del estilo de vida de las sociedades avanzadas y es considerado una verdadera plaga de nuestro tiempo.
En la actualidad, la tendencia del individuo a evitar grandes esfuerzos, la dificultad para acceder a espacios abiertos, la escasez de instalaciones deportivas o el coste de utilizarlas, así como el desconocimiento generalizado de la importancia del ejercicio físico para mantener la salud del cuerpo y de la mente, han contribuido a hacer del sedentarismo un grave problema de Salud Pública.
Un informe de la OMS pone de manifiesto que alrededor del 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria y suficiente para cuidar su salud.
¿Cómo afecta el sedentarismo a la salud?
La falta de ejercicio físico adecuado predispone a sufrir sobrepeso, hipertensión arterial e incremento de azúcar y colesterol en sangre.
Es el cuarto factor de riesgo de muerte en todo el mundo. La OMS atribuye al sedentarismo el 6% del total de muertes y le hace responsable de 1 de cada 4 casos de cáncer de mama, cáncer de colon, diabetes y cardiopatía isquémica.
¿Qué se entiende por sedentarismo?
El sedentarismo es la falta de actividad física regular, entendiendo como tal la realización de algún ejercicio de forma continuada durante un mínimo de media hora al día, 3 ó 4 días a la semana.
¿Hacer ejercicio el fin de semana es suficiente para evitar el sedentarismo?
No. No es suficiente y, en algunos casos, dependiendo de la práctica deportiva que se haga, puede ser contraproducente.
Pensemos en el adulto que durante la semana lleva una vida sedentaria y el sábado, por ejemplo, juega un partido de fútbol con sus amigos. Inevitablemente, someterá su corazón a un trabajo extremo, al que no está acostumbrado, por lo que es preferible que abandone esa práctica y realice una actividad más relajada, como caminar o nadar.
¿Cómo evitar el sedentarismo?
Lo importante es realizar entre 30 y 60 minutos de ejercicio aeróbico un mínimo de tres veces por semana. Si no se dispone de mucho tiempo o de recursos económicos, una práctica saludable sería caminar a paso ágil una hora diaria, lo que equivaldría a perder aproximadamente 350 calorías.
Andar, correr, nadar, practicar ciclismo, o bailes como zumba, son ejercicios saludables y cada persona debe elegir el que le resulte más gratificante y placentero, para poder perseverar en el tiempo. La compañía de otra persona puede ser una magnífica ayuda para mantener el propósito y alcanzar el objetivo.
Si lo que se quiere es bajar peso, conviene saber que la grasa depositada en determinadas áreas del cuerpo -como por ejemplo, el abdomen- se empieza a utilizar como aporte de energía a partir de los 25 minutos de práctica deportiva.
¿Y si no tengo tiempo para hacer ejercicio con regularidad?
Procura incorporar a tu día a día pequeños hábitos que te hagan moverte más. Por ejemplo,
- Siempre que sea posible, prescinde del coche.
- Utiliza el transporte público y haz la última parte de tu recorrido a pie.
- Sube y baja las escaleras andando y procura no utilizar el ascensor.
- Cuando estaciones el coche, hazlo dos o tres manzanas más lejos de tu destino, para obligarte a andar.
Ten en cuenta que si no puedes hacer mucho más, caminar con paso firme media hora al día es suficiente.
¿Cómo mejorará mi salud si evito el sedentarismo?
No sólo mantendrás en forma tus articulaciones, huesos, músculos y ligamentos, sino que, además:
- Reduces el riesgo de muerte prematura. Según Naciones Unidas, las personas sedentarias tienen hasta un 30% más de probabilidades de morir en edad temprana, que las que hacen ejercicio de forma regular.
- Reduces el riesgo de muerte por cardiopatía isquémica. Hasta el 25- 30% de los casos de angina de pecho o infarto están relacionados con la falta de actividad física. Lo mismo ocurre con el accidente cerebrovascular.
- Reduces significativamente el riesgo de padecer diabetes tipo II y algunos tipos de cáncer.
- Conseguirás prevenir y mejorar el control de la hipertensión arterial. Además, el ejercicio físico regular logra hacer descender las cifras medias de la tensión arterial.
- Contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis, con lo que disminuye hasta en un 50% el riesgo de sufrir una fractura de cadera o aplastamiento vertebral.
- Caminar a la luz del sol aumenta los valores de la vitamina D en nuestro cuerpo, tan importante para la correcta calcificación de los huesos.
- Disminuye la probabilidad de padecer dolores lumbares y de espalda.
- Contribuye al bienestar psicológico, reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.
- Ayuda a controlar el peso, rediciendo el riesgo de obesidad hasta en un 50%.
¿Qué aspectos debo tener en cuenta antes de iniciarme en la práctica deportiva?
Si hace tiempo que no te ejercitas o es la primera vez, evita realizar esfuerzos extremos; es decir, empieza por sesiones cortas de 10 o 15 minutos y a una intensidad de suave a moderada.
Asimismo, puedes comenzar a practicar tu deporte favorito dos veces a la semana, e ir poco a poco incrementado la duración y el número de días.
Verdaderamente, la clave está en la continuidad.