Las bebidas consideradas estimulantes, como café, té, guaraná, cacao, mate, colas e incluso tés o chocolate son sustancias a evitar si queremos conseguir un sueño reparador, aunque dependen de la cantidad, la sustancia ingerida y la susceptibilidad de cada uno.
Las comidas condimentadas con picantes, alimentos que producen dispepsias por flatulencia, acidez o reflujo y los que tienen propiedades diuréticas también pueden contribuir a entorpecer el sueño.
Con respecto a las bebidas alcohólicas, ingeridas en cantidades moderadas, pueden inducir al sueño, aunque la mayoría de las veces lo altera produciendo despertar precoz, apneas del sueño e insomnio.
Además en las últimas horas del día debe evitarse tomar frutas ricas en vitamina C (naranja o kiwi), bebidas como el té o el café, carnes rojas y embutidos, pues nos hacen permanecer despiertos. Se recomienda consumir estos productos durante la mañana.