La fiebre chicungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por la picadura de un mosquito infectado. Se describió por primera vez en Tanzania en 1952. El término "chicungunya" significa "doblarse", en alusión al aspecto encorvado de los pacientes, debido a los fuertes dolores provocados por la inflamación de las articulaciones.
La fiebre de chikungunya se ha detectado en más de 60 países de Asia, África, América y Europa. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, acompañada de dolores articulares, musculares, de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores suelen ser muy debilitantes, pero generalmente desaparecen en pocos días.
No existe un tratamiento específico ni una vacuna disponible para prevenir la infección de este virus, por lo que las personas que viajen a zonas de riesgo deben adoptar precauciones básicas, tales como aplicar sobre la piel repelentes para mosquitos; vestir con pantalones largos y camisas de manga larga -a fin de no exponer la piel a las picaduras-; mantener cerradas las ventanas de las casas y hacer uso de mosquiteras.
Tampoco se conoce antivírico específico para tratar la fiebre chikungunya. El tratamiento consiste principalmente en aliviar los síntomas, entre ellos el dolor articular, con antipiréticos, analgésicos óptimos y líquidos.
Si va a viajar a un área de riesgo, no deje de contactar con el Servicio de Medicina del Viajero y Vacunación Internacional del Grupo ASISA, que está especializado en la prevención y seguimiento de la salud de los viajeros en todos los destinos del mundo.