La mayoría de las pólizas de Salud de ASISA cubre las pruebas que el especialista prescribe para diagnosticar una posible intolerancia alimentaria.
¿Qué pruebas son esas?
Será el especialista quien decida en cada caso qué pruebas son necesarias. Por ejemplo:
- Pruebas diagnósticas digestivas específicas, como endoscopia o colonoscopia.
- Test de Hidrógeno espirado, para detectar intolerancias, malabsorciones o sobrecrecimiento bacteriano.
- Analíticas de sangre, para hacer un estudio inmunológico.
- Pruebas cutáneas, en caso de reacción alérgica.
No conviene confundir estas pruebas con los tests de intolerancia alimentaria que algunos laboratorios de análisis comercializan bajo diferentes marcas, para detectar sensibilidad hacia ciertos alimentos y que no están cubiertos por las pólizas de Salud de ASISA.
¿Qué diferencia hay entre una intolerancia y una alergia alimentaria?
- En la intolerancia alimentaria lo que se ve comprometido es el sistema digestivo, que no es capaz de digerir correctamente un determinado alimento, cuya ingesta provoca una reacción adversa en el individuo.
- La sintomatología suele ser difícil de relacionar con el alimento: hinchazón de vientre, diarrea, náuseas o vómitos; también puede aparecer dolor de cabeza, irritabilidad, nerviosismo; e incluso, síntomas similares a los de la alergia alimentaria.
- Las intolerancias más conocidas son la enfermedad celiaca y la intolerancia a la lactosa y a la fructosa.
- Hablamos de alergia a ciertas sustancias presentes en algunos alimentos, frente a las cuales el sistema inmunológico reacciona de manera desproporcionada, causando síntomas que pueden ser leves o moderados, como picor, lagrimeo, dolor abdominal, erupciones cutáneas,... o más severos, como palpitaciones, dificultad para respirar, dolor en el pecho,...
- Los alimentos más susceptibles de desencadenar reacciones alérgicas son: los frutos secos, el marisco, el pescado, el huevo, la soja, la leche, las frutas tropicales,...
- La reacción alérgica se produce inmediatamente después de haber ingerido, tocado o inhalado las proteínas de los alimentos en cuestión y los signos suelen ser muy evidentes.
En ambos casos, un correcto diagnóstico es esencial para dar con el tratamiento más adecuado.
En caso de intolerancia alimentaria, el tratamiento no implica necesariamente eliminar alimentos de la dieta, sino más bien, reducir su ingesta. Mientras que en la alergia alimentaria, el tratamiento pasa por la estricta eliminación de la sustancia alérgena de la dieta.
¿A qué especialista debo ir si considero que puedo tener una intolerancia o una alergia alimentaria?
En presencia de síntomas que hagan sospechar, conviene consultar al especialista en Aparato Digestivo o en Alergología, según proceda, quien, tras realizar una minuciosa historia clínica, podrá prescribir las pruebas que estime oportunas para tratar de detectar el origen del problema.
En ambos casos, el especialista deberá extender el correspondiente Volante de Solicitud de Servicios, que en algunos casos deberá autorizarse y que el paciente entregará al proveedor del servicio.